Acoso sexual en el trabajo: lo que debemos hacer
Sin duda, una de las situaciones más desagradables en un trabajo es sufrir acoso sexual. Este hecho se define a nivel legal como una conducta sexual no deseada por parte de la víctima y que no es recíproca. Puede incluir agresiones verbales, comentarios derogatorios, explotación sexual o bien, acoso físico, miradas, tocamientos, solicitud de favores sexuales o exposición de imágenes que sean derogatorias.
La víctima debe denunciar la conducta ofensiva que está sufriendo
Una vez conocemos en qué consiste el acoso sexual, debemos destacar que es ilegal y es una manera de discriminar sexualmente, violando así el Título VII de la Ley de Derechos Civiles del año 1964 en el escenario laboral.
El acoso sexual permanece como un problema en el trabajo aún hoy en día. La Comisión de Oportunidades Iguales de Empleo cuenta con miles de cargos cada año que tienen que ver con el acoso sexual. Todos los empleados tienen derechos legales en su puesto de trabajo y un empleador es el responsable directo de proteger dichos derechos, conservando el lugar de trabajo libre de acoso sexual y manteniendo un entorno que sea libre de hostilidad.
A pesar de ello, si somos víctimas de este tipo de prácticas en el trabajo, existen ciertos pasos que podemos tomar para zanjar el asunto. El primero de ellos es ser proactivos, es decir, no debemos hundirnos o enfadarnos, sino que hay que actuar y buscar el consejo para resolver el problema y detener la situación padecida.
En segundo lugar, hay que hacer saber a la persona que está acosando que su conducta nos desagrada y nos ofende. A pesar de que pueda parecer muy obvio para las personas, hay personas que no se se percatan de que su conducta es ofensiva. Lo mejor es ser directos y que sepan que lo que están haciendo es ilegal. A pesar de ello, no todos tienen la valentía de hacerlo, por ello que si se da este caso, lo mejor es contactar con alguien superior en la empresa para que se encargue de resolver el problema.
Por oro lado, se debe conservar un registro por escrito de cada uno de los incidentes ocurridos. En las situaciones en las que sintamos que somos víctimas de acoso, deberemos anotar la fecha, la hora y los detalles de la conducta, aunque en un primer momento nos cueste o nos haga daño hacerlo al recordarlo. Es importante ser muy específico en los comentarios y actitudes, así como anotar si alguien estuvo en ese momento presente además del acosador y la persona.
No hay que conservar el acoso embotellado, se debe buscar ayuda. Es decir, es crucial que se hable de ello pidiendo ayuda y asesoramiento legal. Tomar las decisiones acertadas otorgará poder a la víctima e impedirá que la persona se sienta sola hasta que la situación se resuelva.
Por último, deberemos protegernos a nosotros mismos. Es decir, si la situación va más allá de comentarios o bromas de mal gusto, deberemos actuar con mayor inmediatez. Alertaremos así a nuestro jefe o recursos humanos y a las autoridades para no quedarnos solos y vulnerables frente a la persona acosadora