Los matrimonios homosexuales conseguirán los mismos derechos de residencia en toda la UE
Existen avances en múltiples aspectos, pero aún no son suficientes. Hablamos de los derechos de las personas que integran el colectivo LGTBI, quienes han padecido durante años le vejación y miramiento de una sociedad que aún estaba estancada. Afortunadamente, la mentalidad ha cambiado considerablemente y este tipo de situaciones, han disminuido considerablemente. El Tribunal de Justicia de la UE, ha dado un paso más en todo ello. Si quieres saber cuál ha sido, no te pierdas este artículo.
Mismos derechos de residencia en la Unión Europea para todos
Los matrimonios del mismo sexo, tendrán los mismos derechos de residencia en la Unión Europea que los heterosexuales. Esta situación, ocurrirá incluso en aquellos países en los que estas uniones, por desgracia, no sean legales. Así lo ha dictaminado el propio Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Así, la decisión de los magistrados permitirá a las parejas gays donde uno de ellos sea extracomunitario, poder mudarse a otro país de los 28 sin ningún tipo de restricción. la Corte ha concluido así: “Aunque los Estados miembros tienen libertad para autorizar o no el matrimonio homosexual, no pueden obstaculizar la libertad de residencia de un ciudadano de la Unión denegando a su cónyuge del mismo sexo, extracomunitario, la concesión un derecho de residencia”.
¿Cuál fue el origen?
Dicha sentencia, supone una victoria para los defensores de los derechos de los homosexuales frente a gobiernos que son más conservadores del continente. Este caso tiene su origen en una denuncia que fue presentada por Adrián Coman, de origen rumano y su esposo, Claibourn Hamilton, estadounidense. A través de Internet comenzaron una relación en 2002 y se casaron en Bruselas 8 años después. Aquí, Coman trabaja como experto en derechos humanos en el Parlamento Europeo. 2 años después, solicitaron a Rumanía el permiso de residencia, pero la capital rechazó la solicitud al alegar que no puede obtenerse la residencia al no reconocer las uniones homosexuales. Sin este permiso, los ciudadanos de fuera de la UE no tienen permitido estar más de 3 meses en los Veintiocho.
La pareja, denunció ante los tribunales la discriminación frente a los matrimonios homosexuales por el hecho de no disfrutar del mismo derecho a la libre circulación en la UE. Decidieron marchar a Nueva York, pero mantuvieron el proceso judicial abierto para que otros en su misma situación no tuvieran que enfrentarse a lo mismo en un futuro.
La insistencia ha dado sus frutos 5 años después. En el año 2016, el Tribunal Constitucional rumano remitió el asunto a los jueces comunitarios, que se han pronunciado a su favor al dejar claro que a efectos legales, el término cónyuge incluye a los del mismo sexo. La batalla judicial que ha librado esta pareja, les ha servido para convertirse en símbolos a nivel global por la defensa de la igualdad y a menudo son invitados a participar en eventos organizados por activistas proderechos.
Este fallo supone un golpe para Rumanía, pero afecta a los países comunitarios que no admiten el matrimonio como legal. Durante la audiencia que se celebró en la Corte de Luxemburgo, países como Hungría, Polonia, Letonia y Rumanía, defendieron la competencia de los Estados para decidir al respecto, pero los jueces no han avalado esta tesis. A partir de ya, si un ciudadano europeo contrae matrimonio con alguien que no pertenece a la UE, tiene derecho a que su pareja se mude con él o ella a cualquiera de los Veintiocho Estados miembros, aunque la ley del país no reconozca el matrimonio homosexual.
Esta decisión, aumenta el hecho de que Bruselas se separe de países del Centro y Este de Europa, que no aceptan que la UE se meta en según qué asuntos domésticos. 22 de los 28 Estados de la UE, observan el matrimonio homosexual o cualquier forma de unión civil en sus leyes. Únicamente Letonia, Eslovenia, Rumanía, Bulgaria, Lituania y Polonia, lo prohíben o bien, no lo llegan a aceptar.
Buenas noticias para que la igualdad de las personas sea un hecho. Sin embargo, tal y como advertimos al inicio del artículo, aún queda mucho camino por recorrer, especialmente en los países anteriormente citados.